No te asustes de mí.
Es mi sombra que camina
tras tu silueta en la noche
que poco a poco va creciendo.
No se estremezca tu corazón.
Es mi alma la que vela
cada momento de tu sueño,
cada movimiento de tu semblante.
No se sobresalte tu espíritu.
Es la suavidad de tus manos
que mis manos acarician
sin apenas rozarte.
No te asustes de mí.
Solamente quiero velar tu sueño.
Para C., con mucho cariño,
Madrid, 27 de septiembre de 2011
Anuncios