Medianoche, la hora de amar,
la hora de entregarse mutuamente
sin pensar ni en ayer ni mañana.
Medianoche, la luna vaga en el cielo
y dos personas entre luces y sombras
unen y exploran sus cuerpos sin freno.
Medianoche, fuera la vida transcurre
sin apenas alterar su ritmo,
a la vez que dos jadean su hambre insaciable.
Medianoche, hora de sentirse profundamente
acariciarse y vibrar el corazón
hasta estremecer los cuerpos.
me paecen muy boita tus oeias y or contado que hablan cosetimiento…